miércoles, 26 de octubre de 2011

La gran broma final

Quizá sea la vida

una gran broma,

pero hay quien tiene ojos

para asirla.

Bailar con ella

acaso sea torpe,

como todo lo hecho

de tiempo y de rutina,

pero basta mirarla bien

para creerla,

sin abrazarse al miedo

o la desidia,

y cerrar los ojos

para enfilar un norte

acaso inexistente.


Perder el sur entre su pelo

para hacer de la noche algo perfecto.

Qué importa que lo oscuro nos invada

o se pierda el camino entre la niebla.


Andar será tan sólo,

como volver al paraíso.


Título tomado prestado a Nacho Vegas